Instalar un compresor en tu taller parece sencillo… hasta que lo haces mal.
Y no es raro: muchos talleres cometen errores que a simple vista parecen pequeños, pero que luego generan problemas de rendimiento, seguridad o incluso sanciones.
En este artículo te contamos los 5 fallos más comunes en la instalación de compresores y, sobre todo, cómo puedes evitarlos con un poco de planificación y asesoramiento técnico.
1. No calcular bien la potencia que necesita el taller
Este es el clásico: elegir el compresor “a ojo”.
Muchos talleres se quedan cortos y terminan forzando el equipo, lo que genera:
- Pérdida de presión constante
- Paradas frecuentes
- Mayor desgaste y consumo eléctrico
¿Qué hacer?
Haz un cálculo real del caudal necesario según el número de puestos de trabajo, herramientas neumáticas y tipo de uso. Si tienes dudas, pide asesoramiento.
2. Instalarlo en un sitio sin ventilación (o lleno de polvo)
Parece un detalle, pero colocar el compresor en una zona cerrada, mal ventilada o polvorienta reduce su vida útil y genera sobrecalentamientos.
¿Qué hacer?
Elige un espacio con buena circulación de aire, lejos del polvo de lijado o de zonas con residuos. Y si no es posible, considera un sistema de ventilación o filtros.

3. No prever desagües ni sistema de purga
El aire comprimido genera condensación, y si no hay un desagüe bien hecho… empieza la fiesta:
- Tuberías que gotean
- Equipos llenos de humedad
- Herramientas que fallan por agua acumulada
¿Qué hacer?
Instala un sistema de purga automático y asegúrate de que el depósito del compresor tiene salida de agua. Pequeño detalle, gran diferencia.
4. Usar tuberías de mala calidad o mal dimensionadas
Otro error común es usar tubos demasiado finos o materiales no aptos para alta presión. Resultado: caídas de presión, fugas o incluso roturas.
¿Qué hacer?
Invierte en una red de tuberías de aluminio o acero, bien dimensionada según la presión y longitud del recorrido. Evita improvisar con plásticos o tubos flexibles.
5. No cumplir con la normativa de instalación
Este error puede salir caro. Saltarse la normativa puede implicar:
- Problemas en inspecciones
- Multas
- Paradas forzadas
¿Qué hacer?
La instalación debe hacerla una empresa autorizada, con emisión del correspondiente certificado y marcado CE. Además, según el tipo de compresor, es posible que necesites revisiones periódicas por un OCA (Organismo de Control Autorizado).
¿Y si ya cometí uno de estos errores?
No pasa nada. Lo importante es detectarlos a tiempo y solucionarlos antes de que causen un problema mayor. En la mayoría de los casos, revisar la instalación y corregir lo necesario es más fácil de lo que parece.
Conclusión: instalar un compresor bien desde el principio, te ahorra dolores de cabeza
Un compresor mal instalado no solo falla más, también puede frenar el ritmo del taller, poner en riesgo tus herramientas y disparar los costes eléctricos.
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